PREGUNTAS FRECUENTES

PREGUNTAS FRECUENTES

Contamos con esta sección de preguntas frecuentes donde podrás encontrar respuestas a las preguntas más comunes que nuestros pacientes nos hacen. Te invitamos a revisar esta sección antes de ponerte en contacto con nosotros, ya que es posible que encuentres la respuesta que buscas aquí.

En el Gabinete de logopedia Nuria Baquero, estamos encantados de responder a todas tus dudas y consultas sobre nuestros servicios y tratamientos. Para ello, puedes contactarnos por teléfono, correo electrónico o a través del formulario de contacto en nuestra página web.

No dudes en contactarnos si necesitas más información o si tienes alguna otra pregunta. Estamos aquí para ayudarte!

¡Por supuesto! Durante todas las etapas de la vida se puede recibir ayuda de este profesional, desde el neonato (recién nacido) hasta la vejez.

Por lo general se considera que el niño empieza a hablar hacia los 12 meses. Durante los 15 primeros meses de vida el niño experimenta una importante evolución vocal y perceptiva. Pasa de balbucear sonidos indiferentes a emitir fonemas. Hacia los 6 u 8 meses de edad comienza a controlar la fonación y también la prosodia.

A los 2 años su repertorio lingüístico se compone aproximadamente de 50 palabras. Salvo excepciones, el niño desarrollado en un entorno socializador habla correctamente a los tres años de edad y completa su desarrollo fonológico hacia los 4 años, a excepción del sonido /r/ que lo consigue a los 5 años.

Siempre que los padres, pediatras o profesores lo encuentren conveniente, ya que son los primeros en observar al niño en su desarrollo y percibir las dificultades que puedan ir surgiendo en las diferentes etapas.

Hay muchos síntomas que nos indican la necesidad de acudir a un logopeda, entre ellos:

  • “no le entendemos cuando habla…”
  • “parece no hacerme caso, no me mira cuando le hablo, no sigue órdenes sencillas y/o no le interesa interactuar con otros”
  • “se come sonidos…”
  • “tiene 3 años y sólo dice palabras sueltas…”
  • “no pronuncia bien algún sonido… /r/, /s/”
  • “no se entera de lo que lee…”
  • “está afónico muy a menudo”
  • “se bloquea o repite el primer sonido o la primera sílaba de las palabras”
  • “le está costando aprender a leer y a escribir”
  • “parece respirar solo por la boca y se le ve constantemente con los labios entreabiertos y la lengua un poco fuera”

Ante cualquier duda, siempre es aconsejable acudir a un especialista colegiado, ya que un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado pueden evitar posibles complicaciones futuras.

Existen varias posibles razones por las que un niño puede tardar en hablar. Algunas de las más comunes incluyen:

  • Retraso en el desarrollo del habla y del lenguaje. Algunos niños simplemente necesitan más tiempo para adquirir estas habilidades, y esto es normal.
  • Dificultad para articular o pronunciar ciertos sonidos. Los niños pueden tener dificultad para hacer sonidos complejos, como la «r» o la «s», lo que puede retrasar su habla.
  • Discapacidad auditiva. Si un niño tiene una discapacidad auditiva, es posible que tenga dificultad para aprender a hablar.
  • Trastornos del espectro autista u otras condiciones que afecten la habilidad del niño para comunicarse. Los trastornos del espectro autista y otras condiciones pueden afectar la capacidad del niño para hablar y comunicarse de manera efectiva.

Por lo general, en los colegios no existe la figura del Logopeda. El apoyo lo realiza un Maestro de Audición y Lenguaje (AL) que no suple al que puede proporcionar un logopeda.

Lo habitual es que la mayoría de los niños necesiten un tratamiento logopédico externo, siempre coordinado, en la medida de lo posible, con el prestado en el centro escolar.

Porque puede suponer un hándicap para su rendimiento escolar, ya que puede dificultarle el aprendizaje, entre otros, de la lectoescritura, que es la base de la mayoría de aprendizajes escolares.

La duración de una sesión de Logopedia depende de la patología, de la evolución del trastorno y de la capacidad de progreso de la persona. La duración de una sesión de logopedia puede variar de 30 a 60 minutos. Además, se podrá elegir según las condiciones del progreso del niño entre una o dos veces por semana. Normalmente, solemos recomendar dos sesiones de logopedia a la semana de 30 minutos.

Los trastornos del habla y el lenguaje puede afectar en la manera en que los niños hablen, entienden, analizan y procesan la información. Los trastornos del habla son la deficiencia en la articulación, la calidad de la voz, y la fluidez de palabras de un niño.

Los trastornos del lenguaje incluyen la capacidad del niño para mantener una conversación significativa, comprender a los demás, resolver problemas, leer y comprender, y expresar sus pensamientos a través de palabras habladas o escritas.

Estas patologías ,cuya importancia estriba principalmente en el hecho de que afectan a la comunicación del niño con sus padres y compañeros , repercuten, ya en la etapa escolar, en el aprendizaje de la lecto-escritura y, con frecuencia, en el desarrollo emocional del niño.

El niño que no recibe la terapia adecuada, arrastra a lo largo de su desarrollo esos problemas que van haciéndose más críticos a medida que aumentan las exigencias académicas. El resultado final puede ser un alumno desmotivado y con un bajo rendimiento académico.

Éstos son algunos de los signos de alarma comunes por rango de edad.

0-3 meses:

  • No hay respuesta refleja ante un sonido (parpadeo, agitación, quietud, despertar).
  • No le tranquiliza la voz de la madre.

3-6 meses:

  • Ausencia de sonidos modulados (cantarse al sueño), o de respuestas a cualquier sonido.
  • No se orienta hacia la voz de la madre.
  • No emite sonidos guturales para llamar la atención.
  • No hace sonar un sonajero si se le deja al alcance de la mano.
  • No juega con sus vocalizaciones, repitiéndolas e imitando a las del adulto.

6-9 meses:

  • No vocaliza para llamar la atención.
  • No juega imitando gestos que acompañan a canciones infantiles (“los lobitos”, etc.), o sonríe al reconocerlas.
  • No dice adiós con la mano cuando se le indica.

9-12 meses:

  • No reconoce cuando le nombran “mamá” y “papá”.
  • No comprende palabras familiares.
  • No entiende una negación.
  • Responde a “dame” cuando se le hace un gesto indicativo.

12-18 meses:

  • No dice “papá” y “mamá” con contenido semántico.
  • No señala objetos ni personas familiares cuando se le nombran.
  • No responde de forma diferente a distintos sonidos.
  • No se entretiene emitiendo y escuchando determinados sonidos.
  • No nombra algunos objetos familiares.

18-24 meses:

  • No presta atención a los cuentos.
  • Que no sea capaz de comprender órdenes sencillas (señalar con el dedo, negar con la cabeza, decir adiós con la mano) si no se acompañan de gestos indicativos.
  • No identifica las partes del cuerpo.
  • No conoce su nombre.
  • No hace frases de 1 palabra a los 18 meses y de 2 palabras a los 24 meses.
  • No utilizar palabras significativas sencillas.

3 años – 3 años y medio:

  • Que su habla no pueda ser entendida por personas fuera de su núcleo familiar.
  • No repite frases.
  • No contesta a preguntas sencillas.

3 años y medio – 5 años:

  • Presencia de un período de falta de fluidez verbal, repiten sonidos, palabras, frases y hacen pausas prolongadas.
  • Dificultad en interpretar y usar de términos espaciales (entre, detrás, etc.).
  • Dificultad en el uso de artículos (un, una, el, la), pueden omitirlos (papá vuelve trabajar).
  • Dificultad en el uso de tiempos verbales, y dificultad para encontrar el nombre de la palabra adecuada (disnomia).
  • A los 4 años no sabe contar lo que le pasa y no es capaz de mantener una conversación sencilla.
  • Hasta los 4 años pueden existir trastornos en la articulación de algunos fonemas (/s/z/r/) que tienen que estar corregidos a los 5 años.
  • No conversa con otros niños.

5-7 años:

  • Persistencia de un período de falta de fluidez verbal y con disnomia.
  • Presencia de dificultades en la utilización de tiempos verbales.
  • Presencia de dificultades en la utilización de formas comparativas de los adjetivos, pueden confundir el comparativo con el superlativo.
  • Presencia de dificultades en la utilización de reglas de pasivos (“el tren fue golpeado por el coche“ se trasforma en “el tren golpeó al coche”) y en el uso de las conjunciones (si, cuando, antes, después).

Dependerá del trastorno a tratar, de la edad del paciente o de la existencia de otros trastornos asociados; aunque en ningún caso existe un tiempo preestablecido.

El sonido RR se produce por la vibración del ápice (punta) de la lengua contra los alveolos dentarios en la parte anterior del paladar. A partir de los 5 años ya deben de tener adquirido este sonido. Si su hijo no dice la RR hay que comprobar que el frenillo de la lengua permite el contacto y la vibración. Si no es así el especialista realiza una pequeña intervención para cortar el frenillo y liberar la lengua. Otros casos mejoran únicamente con el tratamiento logopédico.

Durante la primera valoración de un logopeda infantil, se realiza una revisión exhaustiva del lenguaje y el habla de tu hijo. Hacemos lo siguiente:

  1. Entrevista con la familia. Vemos lo que te preocupa y recabamos información sobre la historia del desarrollo del lenguaje y el habla de tu hijo.
  2. En ocasiones, es necesario un examen físico para evaluar la boca, la lengua y la garganta de tu hijo y asegurarse de que no haya problemas médicos que puedan afectar el habla o el lenguaje.
  3. Una evaluación del lenguaje y el habla de tu hijo, que puede incluir pruebas de vocabulario, comprensión del lenguaje y producción del lenguaje.
  4. También, puede ser necesaria una valoración de la voz de tu hijo, que puede incluir pruebas de la calidad, la intensidad y la resonancia de la voz.
  5. Además, si es necesario, se realiza una evaluación de la deglución de tu hijo.

Estos son algunos puntos principales que solemos realizar. Una vez que se completa la evaluación, el logopeda infantil te proporcionará un plan de tratamiento personalizado para tu hijo.

Es importante que comprendas y participes en el proceso de tratamiento para garantizar el éxito.

No todos los problemas con la lectura se deben a una dislexia. Será necesaria una evaluación exhaustiva para poder descartar o diagnosticar una dislexia.

La dislexia se considera una dificultad significativa en el lenguaje escrito y la lectura, independientemente de cualquier causa intelectual, cultural o emocional. Por lo tanto, puede aparecer en personas con una inteligencia normal o incluso superior.

La primera señal de alarma es la obtención de resultados académicos insuficientes que no se corresponden con el esfuerzo realizado causando una falta de motivación por parte del niño.

• Lectura: lenta y con muchos errores.
• Escritura: confusión de letras con forma parecida, como por ejemplo, entre la p – q , d – b; Omisión, inversión, sustitución o adición de letras en las palabras; Uniones y separaciones indebidas de palabras; muchas faltas de ortografía.

Pueden ser orgánicos (pólipos, nódulos, edema de reinke,…..) y funcionales (abuso o mal uso de la voz).

Es un trastorno del habla y de la comunicación. Afecta a la fluidez que consiste en un conjunto de movimientos musculares y respiratorios coordinados y secuenciados convenientemente.

Es importante acudir al logopeda ante las primeras manifestaciones de disfluencias del niño para hacer una valoración del habla y decidir si es necesario o no una intervención especializada. Los tratamientos tempranos mejoran mucho las posibilidades de remisión o de reducir el impacto en el habla del niño y en su vida en general.

El I.C. es un aparato que sirve para recuperar la audición en los casos de sordera profunda. Se compone de partes internas y partes externas.
Las partes internas se colocan mediante cirugía clínica con anestesia general y se componen del estimulador /receptor y los electrodos que van conectados a la cóclea. Las partes externas se componen del procesador de la palabra, el cable, el micrófono y la antena.

Todo ello funciona de la siguiente manera:
Los sonidos son recogidos por el micrófono, los cuales pasan por el procesador a través de un cable que conecta el auricular con el procesador, en una señal eléctrica codificada, esa señal eléctrica es enviada por el cable a la bobina transmisora (antena) y desde allí, se transmite por ondas de radiofrecuencia al procesador, a través de la piel por un imán. La señal viaja hasta el filamento de electrodos los cuales se encuentran ubicados tono tópicamente en la cóclea y estimulan el nervio auditivo que a su vez transmite la señal eléctrica al cerebro donde es interpretada como sonido.

Las personas post – locutivas con una sordera de poco tiempo de evolución, así como los niños implantados precozmente, por su mayor plasticidad neurosensorial.

No, pasa alrededor de un mes después de la intervención antes que se conecten las partes externas del aparato y empezar a oír. la zona debe haber cicatrizado totalmente.

En sacar el máximo provecho auditivo del I.C.. Para ello es necesario detectar los sonidos y las voces, identificarlos y saber a que corresponde cada uno.
La rehabilitación es la parte más importante después de una operación de I.C. el factor tiempo dependerá en gran medida de la evolución del paciente y de la sordera padecida según sea post – locutiva o pre – locutiva, pero por lo general una rehabilitación suele duran entre un periodo de 6 meses y un año.

El tratamiento debe iniciarse una vez superada la fase aguda de la enfermedad (entre quince días y un mes), dado que el paciente se encuentra entonces neurológicamente estable. Es el momento de abordar los posibles problemas de disfagia y deglución e iniciar la estimulación cognitiva, funcional y conductual, como paso previo para la rehabilitación del lenguaje, teniendo en cuenta que ésta es más eficaz durante el primer año.

Es frecuente que el enfermo de Parkinson padezca en algún momento de su enfermedad trastornos de habla y voz que se manifiestan en forma de voz monótona, débil y de intensidad inestable, ronquera, dificultad para iniciar el habla o articulación defectuosa, lo que puede llegar a dificultar notablemente su capacidad de comunicación con los demás y menoscabar gravemente su calidad de vida.

El logopeda enseñará al paciente un conjunto de técnicas y estrategias que le ayudarán a adquirir un patrón respiratorio adecuado, facilitar la deglución, mejorar su estabilidad postural, favorecer la producción del habla y, en general, mejorar inteligibilidad de su discurso.

El Alzehimer es una enfermedad neurodegenerativa para la que, hoy por hoy, lamentablemente carecemos de curación. El tratamiento farmacológico por sí solo no es suficiente y ha de completarse con un enfoque integral del paciente que ayude a ralentizar cuanto sea posible la evolución de la enfermedad.

El logopeda llevará a cabo actividades y terapias de estimulación cognitiva orientadas a mejorar las funciones intelectuales conservadas y a rehabilitar aquellas que han sufrido un deterioro para mantener la autonomía de la persona durante el mayor tiempo posible.

Esta es una de las preguntas más comunes que nos llega. Normalmente, cuando se llega a la madurez hay personas que muestran algunas dificultades a la hora de comunicarse. También, puede ser que existan algunos síntomas que no estén relacionados con la comunicación. Además, muchos adultos suelen arrastrar problemas o dificultades desde la infancia.

Generalmente, la mayoría de personas en la edad adulta muestran los siguientes signos para acudir al logopeda para adultos:
• Arrastrar alguna patología o dificultad desde la infancia.
• Tener nódulos, pólipos o similares.
• Trastornos auditivos.
• Trastornos del neurodesarrollo
• Tener algún trastorno relacionado con la deglución.
• Presentar dificultades en el habla, el lenguaje, memoria, escritura, etc.
• Haber sufrido algún tipo de accidente cerebrovascular como el ictus.
• Haber sido diagnosticado con alguna enfermedad neurodegenerativa como Alzheimer, Parkinson, etc.
• Tartamudez.
• Problemas de alimentación (disfagia, deglución disfuncional)

Si tienes alguna de estas dificultades o enfermedades, no dudes en contactar con un logopeda lo más rápido posible.

Nuestro objetivo de las sesiones de logopedia es mejorar la comunicación de la persona adulta, ya sea hablada o escrita. Esto puede incluir la pronunciación, el lenguaje, la comprensión y la expresión del lenguaje, la voz y el ritmo, la lectura y la escritura, y las dificultades de deglución o alimentación.

La logopedia para adultos también puede ayudar a tratar trastornos o dificultades comunicativas relacionadas con el envejecimiento, como la afasia (una afección que afecta la capacidad de hablar, entender y escribir), la tartamudez y la disfonía (trastorno de la voz).

Es difícil determinar con certeza cuántas sesiones de logopedia se necesitarán ya que depende de muchos factores, como la gravedad y la complejidad del problema de comunicación, la edad y el estado general de salud de la persona, y la cantidad de tiempo y esfuerzo que dedique a la terapia.
Algunas personas pueden experimentar mejoras significativas en pocas sesiones, mientras que otras pueden necesitar un mayor número de sesiones para ver resultados.

El logopeda para adultos puede trabajar con personas que han tenido un ictus o un accidente cerebrovascular para ayudar a mejorar su comunicación y su capacidad para participar en actividades cotidianas. Algunas de las áreas en las que el logopeda puede trabajar incluyen:

  1. Habilidades de habla: el logopeda puede ayudar a la persona a recuperar el habla o a mejorar la pronunciación de palabras.
  2. Habilidades de lenguaje: el logopeda puede ayudar a la persona a mejorar su capacidad para comprender y usar el lenguaje, ya sea hablado o escrito.
  3. Habilidades de voz: el logopeda puede ayudar a la persona a mejorar la calidad de su voz y a controlar el volumen y el ritmo de habla.
  4. Habilidades de lectura y escritura: el logopeda puede ayudar a la persona a mejorar su capacidad para leer y escribir.
  5. Habilidades de expresión y comprensión: el logopeda puede ayudar a la persona a mejorar su capacidad para expresar y comprender ideas y pensamientos.

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